Relatos de Esposas Infieles: Lo probé y me gustó

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MI MUJER PROBO Y LE GUSTO.

 Esta es una historia verdadera y nada producto de mi imaginación o algo así, que cambió por completo mi vida y la de mi esposa de una manera inimaginable.

Por razones de trabajo, tuve que dejar a mi familia por un tiempo, y viajar a otra región del país, para lo cual, me trasladaba por vía aérea y regresaba a visitar a mi familia cada cierto tiempo. En esas andanzas tuve una infidelidad, que me trajo muchos problemas y que sumió a mi esposa en una gran depresión, ya que habíamos sido siempre muy unidos y afectivos en nuestra relación.

En ese tiempo empecé a leer historias en internet, me daba risa lo que comentaban, de que algunas personas disfrutaban conseguirle un amante a su esposa, y asistir al espectáculo y disfrutarlo, según ellos, de una manera increíble, ya que la excitación alcanzada superaba con mucho la que se da en una relación normal, y como yo vivía solo en la casa de la compañía, las copiaba para leerlas y darme placer imaginando las escenas, como dije antes, tenía una relación extramarital, que me ayudaba a superar la soledad, que se siente al separarse de una familia tan querida como la mía. Fue entonces que todas las copias que sacaba, se las llevaba a mi esposa, para que se divirtiera un rato, que, dicho sea de paso, es una persona muy cachonda.

En ese leer historias, algo empezó a germinar en mi mente e imaginaba a mi esposa siendo seducida por otro, y me calentaba mucho, naciendo una idea lujuriosa en mi mente. Como mi esposa se encontraba en un estado de ánimo depresivo, por mi ausencia y mi infidelidad, y a pesar de jurarle que todo había terminado, y que la amaba solo a ella, no dejaba de sentirse menos que nada, ya que decía que ella ya no valía para mí. Cosa que no era cierta.

 Hasta que un día, le dije que, si necesitaba ayuda, que acudiera a un psicólogo, o que se buscara un amigo o amiga, que la ayudara a distraerse, para darse gusto con alguien, para recuperar su autoestima. Por ese tiempo, ella chateaba con una persona, cuya plática y consejos, hicieron lo que yo no pude hacer con su estado de ánimo, ella me platicaba que con esa persona se sentía bien, hasta que llegó un momento que me dijo que me perdonaba mi infidelidad, y que deberíamos seguir adelante como en nuestros buenos tiempos.

Un día platicando de nuestras tristezas, me dijo, que ella necesitaba afecto más que sexo u otra cosa, yo le dije, que se citara con la persona del chat, para tener una relación de amigos, o que si quería algo más yo la apoyaría, a lo que me respondió, que, si estaba loco, que ella me amaba y que eso estaba mal.

 Pero por alguna razón, ella le dio su número de celular, y ya no solo chateaban, sino que, conversaba con él de viva voz, un día, su amigo la citó, para conocerse y ella aceptó con mi consentimiento.

 Cabe decir, que eso me produjo una gran emoción y excitación, así como un pequeño dolor producido por los celos, pero le dije que asistiera. Ese día por la tarde, chateamos y me dijo que había sido un fracaso la cita, ya que era una gran persona pero físicamente no le había atraído, pero que su conversación y modo de ser le habían agradado mucho, y que en un momento al salir del restaurante, su amigo la abrazó y besó, a lo que ella correspondió besándolo de igual manera, y que él, había metido sus manos por debajo del pantalón acariciándola, él, le metió la mano entre la blusa y le acarició sus senos, lo que la puso bien cachonda, al grado de desear estar con él. Al regresar al punto, donde pasó por ella, le propuso que, si se iban a un hotel, ella sin dudarlo mucho aceptó, entonces enfilaron a un hotel. Entrando al cuarto, su amigo la tomó por la cintura, y la besó apasionadamente, mientras él, le metía mano tocándole todo. Dándose con mi esposa la agasajada de su vida.

Ella respondió el beso con mucha intensidad. Él, la empujó a la cama y siguieron besándose mientras le metía la mano tocándole su intimidad. Mi esposa intento seducirlo pero por la emoción del momento, él no pudo, a lo cual pidió disculpas diciendo que se había emocionado demasiado. Y sin más acción salieron del hotel.

Quedaron en seguir chateando y hacer otra cita para después.

En aquel tiempo, en la escuela, mi esposa conoció a Claudia, la mamá de un compañero de nuestros hijos. Desde el momento en que la conoció, esta mujer, al enterarse de que mi esposa y yo vivíamos separados, le propuso salir los fines de semana para 'dar una vuelta y liberar estrés'. Mi esposa me contó que imaginaba que Claudia buscaba fuera lo que no tenía en casa, pues su esposo también estaba fuera, trabajando. Sin embargo, mi esposa se río y me dijo que ella no necesitaba nada de eso, que me amaba.

Días después mi esposa me comentó, que le gustaría verme tener intimidad con otra, que la idea le emocionaba bastante y que me iba a conseguir a Claudia, para hacer realidad la fantasía. Esto me emociono de tal manera, que disfrutaba mucho la intimidad con mi esposa, como nunca antes me había pasado.

Simultáneamente mi esposa platicaba con Claudia y su esposo por chat, a lo cual, Claudia, fue enterándose de mi vida sexual con mi mujer, mostrándose interesada en mí y casi dispuesta a hacer realidad la fantasía con nosotros dos, mi esposa me consiguió su correo electrónico para a chatear con ella, y poco a poco empezamos las pláticas candentes por el chat, así me enteré que no amaba a su esposo, ya que lo había engañado en dos ocasiones, en una de esas pláticas calientes por chat, me confesó que deseaba estar conmigo.

Por otro lado, mi esposa ya había quedado con el esposo de Claudia, en salir un jueves por la mañana, ella me preguntó que, si estaba en desacuerdo que siguiera adelante, con lo que iba hacer, ya que estaba decidida a tener algo con él, y que lo deseaba mucho, pero qué, si yo decía que no fuera, no iba a ir. le dije que fuera, que al fin y al cabo era solo sexo, que yo la amaba y que nunca cambiaría lo que sentía por ella. Todavía esa noche me dijo, háblame temprano y dime si deveras quieres que vaya porque si voy, es a acostarse con el esposo de Claudia y hacer de todo lo que le pida.

Yo le dije, ve, prueba y disfruta simplemente la experiencia, que solo es un a costón, olvídate de todo lo demás, por la mañana la llamé y le volví a decir lo mismo. Por espacio de cinco horas anduve nervioso, como loco, los celos me corroían el cerebro, pero hice de tripas corazón y aguanté a pie firme las dudas, y el imaginarme a mi esposa haciéndole a otro lo que hacía conmigo.

Finalmente, a las cinco de la tarde me mandó un mensaje que decía que le había ido bien, que iba por mis hijos a casa de una amiga y que más tarde platicábamos. Esa espera insoportable de media hora, acabó con mi paciencia y entonces sí, me sentí celoso de saber que había disfrutado con otro, y que se sentía contenta mientras yo sufría.

Bien merecido lo tenía. Al fin apareció en el chat y me dijo ¿quieres que te platique? le contesté que sí, y esto fue lo que me contó, que él había llamado a las seis de la mañana que iba tomando la autopista y que como a las ocho y media pasaba por mí en donde siempre.

Al llegar, él, la saludó con un beso en la mejilla y se subieron al carro, ya adentro la abrazó y se dieron un beso, esta vez en la boca, le preguntó ¿a dónde quieres ir?, mi esposa le dijo al hotel, ya que alguien puede reconocerme, por lo que enfilaron a un motel.

En el trayecto la abrazó y la atrajo hacia él, y jugaron un poco.

Al llegar al motel entraron a la cochera, él, le abrió la puerta del coche y la ayudó a salir, abrazándola y besándola con intensidad, por lo que el esposo de Claudia, se dio una agasajada con ella.

La levantó en brazos y subió los escalones para entrar al cuarto, donde prosiguieron besándose con más intensidad, tocándose mutuamente. Ella temblaba, y él, le preguntó ¿Por qué tiemblas?, ella contestó, porque es la primera vez que hago algo así.

El, la abraza, y le dice que no había conocido a una mujer tan buena para la intimidad, se preguntaba ¿por qué?, no la había conocido antes, que estaba guapísima y buenísima, y que se sentía orgulloso de estar con una mujer así.

Él, se levanta y prende el jacuzzi, y la invita a entrar, a lo cual, mi esposa, se mete y se sienta encima de él, sintiendo que su miembro de nuevo cobra vida, y se monta sola para sentir las embestidas que ya deseaba.

Ya era tarde, mi esposa le dice que se tiene que ir, él, le responde que primero tomen un baño para irse. Se meten a la regadera, haciéndolo una vez más, fundiéndose en un beso largo en la regadera, que la hace sentir las embestidas del esposo de Claudia, gozando de la experiencia de estar con alguien extraño.

Al subir al carro, él, la abraza y la besa con gran intencidad, metiéndole mano dentro de la falda, él, le pide regresar al cuarto, pero ya era tarde y deciden regresar.

En el trayecto, él, le sigue acariciando las piernas a mi esposa, metiendo los dedos en su intimidad que aún seguía húmedo, y ella deseosa de más, ya que aquella situación, la había hecho sentir una excitación jamás experimentada por ella.

Al ir leyendo sus mensajes me iba sintiendo cachondo y emocionado, pero a la vez los celos me hacían pensar que ella había disfrutado, y que cuantas veces el, la llamaría para repetir la experiencia y ella acudiría a su encuentro.

Pero mi esposa me dijo, si tú quieres nunca lo vuelvo a ver y seguimos nuestra vida. Probé y me gustó, y si un día tú quieres que lo vuelva a ver, lo hago.

Cabe aclarar, que lo que sentí y lo que sigo sintiendo, cuando ella me platica, es una emoción que no puedo explicar, y los orgasmos que hemos experimentado superan lo que habíamos sentido antes.

Ella le perdió la pista a esta persona, y jamás ha vuelto a saber, ni buscar al esposo de Claudia. Pero lo que nos ha hecho sentir esa relación extramarital de mi esposa, es algo que jamás imaginé experimentar. Ahora estamos pensando en la posibilidad de repetir la experiencia y es que, el verla estar con alguien, me prende de solo imaginarlo.

Y si se estaban preguntando, si, hicimos un trio con Claudia la amiga de mi mujer, pero eso se los contaré en otra historia si ustedes gustan.

Créditos a quien corresponda, solo por compartir.


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